55 años de alianza diplomática: la visión del embajador de Chile en Beijing

En el quinqüagésimo quinto aniversario de vínculos formales, se celebra una relación estratégica que trasciende cifras y promueve la cooperación integral entre Chile y China.

En este año tan señalado se conmemora el quinqüagésimo quinto aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Chile y la República Popular China, una alianza que ha evolucionado hacia una cooperación integral en múltiples ámbitos. El embajador de Chile en Beijing, Pablo Arriarán, destaca que desde sus inicios, en 1970, Chile adoptó una política exterior audaz y autónoma, en un contexto internacional marcado por tensiones ideológicas, lo que sentó las bases para una relación estable, dinámica y mutuamente beneficiosa. En la era post-dictadura, todas las administraciones chilenas han reconocido la importancia de este vínculo mediante visitas de Estado a China.

Hoy, Chile y China ostentan el rol de socios estratégicos en áreas que abarcan desde el comercio y las inversiones hasta la ciencia, la energía limpia, la cultura y la innovación. China se ha posicionado como el principal socio comercial de Chile, mientras que el país sudamericano se consolida como uno de los actores más relevantes en el mercado chino. No obstante, según Arriarán, la relación trasciende las cifras y volúmenes de exportación, ya que se fundamenta en la confianza y en la capacidad de entendimiento en un mundo donde la interdependencia es determinante.

Durante su gestión en Beijing, el embajador ha observado el creciente interés de China por América Latina y, en particular, por Chile, país percibido como un socio confiable gracias a sus instituciones robustas, su estabilidad regulatoria y su compromiso con la apertura comercial. Además, la previsibilidad que ofrece Chile se valora en tiempos de incertidumbre global, constituyéndose en una notable ventaja diplomática.

El texto subraya también cómo Chile ha sabido aprovechar la oportunidad de asociarse con un país que no solo representa un vasto mercado, sino también una fuente de innovación, inversión y aprendizaje. Ejemplos de esta sinergia se evidencian en proyectos conjuntos en electromovilidad, energías renovables, astronomía e industrias creativas, donde la transformación tecnológica china y el potencial de recursos naturales chilenos convergen para enfrentar retos de desarrollo.

Sin embargo, la profundidad de esta relación bilateral exige enfrentar desafíos. En un escenario geopolítico complejo, es esencial mantener un diálogo franco y constructivo que salvaguarde intereses estratégicos y respete principios fundamentales como el derecho internacional, la solución pacífica de controversias, la sostenibilidad ambiental y el desarrollo inclusivo. La política exterior de Chile se fundamenta en el multilateralismo y en la diversificación de vínculos, priorizando siempre la defensa de su autonomía.

Más allá del ámbito gubernamental, en estos 55 años se ha gestado un cambio significativo a nivel social. Un número creciente de estudiantes chilenos se ha desplazado a China para aprender su idioma y ampliar sus horizontes profesionales, mientras los turistas chinos descubren los paisajes chilenos y las riquezas culturales del país, desde el desierto de Atacama hasta la Patagonia y los vinos del Valle Central. Estas interacciones han permitido construir puentes de entendimiento que enriquecen la colaboración bilateral.

Mirando hacia el futuro, el embajador Arriarán enfatiza la necesidad de crear valor de manera conjunta, y no limitarse a la exportación de productos. La nueva etapa de esta relación debe estar orientada hacia la generación de conocimiento, el desarrollo tecnológico y la consolidación de cadenas de suministro sostenibles. Chile, con recursos estratégicos como el litio, el cobre y el potencial de energías renovables, y China, con su capacidad industrial y experiencia en manufactura avanzada, pueden unir fuerzas para impulsar proyectos que beneficien a ambas naciones.

Al celebrar este aniversario se reafirma un compromiso para construir una relación moderna, equilibrada y orientada al bienestar de ambos pueblos, respetando diferencias y valorando las oportunidades compartidas. Desde Beijing, el embajador expresa su optimismo sobre el futuro, convencido de que en los próximos 55 años Chile y China continuarán siendo aliados estratégicos y amigos, transformando las oportunidades en realidades comunes.

Autor: Jorge Rojas

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